Había una vez una rana que nunca para de cantar. Una vez, vino una cigarra y le dijo:
- ¿Que estás haciendo?, y la rana le contestó: - Estoy cantando -, - ¡Si las ranas no cantan!, dijo la cigarra.
Entonces apareció el señor Elefante y dijo que ¡ como que las ranas no cantan!. - Yo soy un elefante y sé bailar.
En ese momento apareció un ratoncillo que pasaba por allí. El elefante le dijo: - ¡Ratoncillo! ¡ratoncillo!, ven aquí que vamos a demostrarle a la rana y a la cigarra de que yo sé bailar.
Al momento, el ratón fue a buscar una guitarra y empezó a tocar una canción que decía:
" Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña...".
Como veía que no se caía fue a llamar al ratoncito y tambien se animaron la ciagrra y la rana. Todos se pusieron a bailar y desde ese momento todos los habitantes de ese bosque fueron muy buenos amigos.
Yaiza Almenara Morales - 3º A
Rocío Mª Castellón Macías - 3º A
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